La mirada bifurcada


Con los primeros aventureros de la "Cuarentena" en el jardín del encuentros lector


La mirada que se bifurca en medio del proyecto, y mis palabras destinadas al grupo de la "Cuarentena" intentaron aunar esa bifurcación, para acercarles mis impresiones en torno al registro, hasta aquí, de la experiencia lectora compartida...


LO QUE HASTA ENTONCES ME HA DADO LA CUARENTENA:
 


Empecé este proyecto con el convencimiento de rescatar la obra de Rafael Jijena Sánchez, y de que hacerlo era algo valioso.- Inicié este proyecto con el convencimiento de que de nada servía que pusiera mi voz, sólo mi voz, para estas historias, que sería mejor, mucho mejor, compartirlo con otros, ampliar el camino, abrir otros senderos, invitar otras voces, hacer de la lectura una experiencia compartida y un acontecer democrático.- 


"Somos si tenemos quien nos mire", cantaba Leda Valladares. 
Sentí el absoluto deseo de acompañar las experiencias de lectura, no sólo con mi escucha sino con mi mirada... tal vez porque además de haber cursado la Especialización en LIJ, soy psicopedagoga y reconozco la mirada y la escucha como pilares fundamentales para el sostén de quién atraviesa distintas experiencias.
Bifurqué la mirada, recurriendo a una cámara, así obtuve, por un lado, una mirada objetiva (el ojo- lente - fijo), capaz de capturar fielmente cada lectura, cada cadencia, cada voz, cada pausa, cada respiración, cada musicalidad, cada gestualidad, cada estilo, cada vivencia, y devolver todo ello a cada lector/a para que pudiera encontrarse con su particularidad puesta en esta experiencia de lectura, solitaria a la vez que compartida. 
Por otro lado, estaba allí mi mirada, subjetiva, atravesada por mi experiencia y por la de quién se dispone a leer, a la vez que por el encuentro en el que ambas partes se afectan... mi mirada que inevitablemente hace su lectura de la lectura de quién lee, pero está también allí el ojo - lente como terceridad, operando.- Testigo clave, parte activa, que captura, y devuelve la experiencia ordenada tras el cúmulo caótico de emociones que vivencia quien atraviesa la experiencia de la lectura.- 

Pero ahora algo quiere decir mi mirada subjetiva, esa que afecta y se deja afectar... Y ella dice que ha visto pasar 27 lectores, 27 lecturas, 27 estilos, 27 huellas imborrales... 27 sujetos atravesados por su historia - o la historia que a cada uno le han contado de su historia... 27 recorridos lectores, 27 voces que dicen de sí, al encuentro con otros... 27 risas, 27 emociones...
algo más de 27 preguntas, las que cada uno hizo: ¿Por qué elegiste este libro? ¿Por qué hiciste esta convocatoria? ¿Por qué "Cuarentena"? ¿Cómo surgió esta idea?... 27 curiosos multiplicando preguntas, convocados entrevistando a la que convoca... 
27 inquietudes corporales, los hubo sentados, los hubo parados, los hubo danzantes...
27 voces imparables... intercambios constantes... charlas, chimentos, aplausos, risas, emociones, tejedores de palabras y confesiones surgiendo según los instantes...
Los hubo cebadores de mate, los hubo dispuestos a recibir de las manos del cebador o cebadora, hubo rotación de mate y cebadores, de catación de galletitas jajaja... de lugares... de lectores... de voces y palabras...
Hubo para mí: agenda, plantitas que sus dueñas ponen en mis manos cuya responsabilidad, asumida, es la de acompañar su crecimiento... tengo un pesebre, que me indicó el nacimiento de esta cuarentena... tengo el sabor guardado de unas masitas y unos mates que la primera lectora brindó, un rico almuerzo Margaritense (el que compartí con la lectora Margarita y su esposo), un café con budín de chocolate (compartido en la casa de Virginia Turano), un helado al calor de las 14 hs de la tarde - ofrecido por Ana María Trujillo y su esposo, Jorge, que aporta la mirada que bien sabe tener un buen fotógrafo, y unas uvas Petrarquianas entre charla y charla (Con Ceci Petrarca), mientras unas mujercitas nos escuchaban (había tres en la casa, dirá Ceci Petrarca, yo digo que había más - arriba del mueble unas mujeres escuchaban y miraban, ¿podrías sacarme una foto de ellas y mandármela?, mirá tu mueble, desde la posicion en que yo estaba, o sea de frente, a la derecha, arriba, hablo de ellas... perdón el atrevimiento, pero me atrevería a decir que tuve la sensación de que cobraban vida por un momento...), y Orejas - ese bellísimo perro, que me tajo algunos problemas, todos perdonados entre tantos besos... (también quisiera una foto de orejas).-
Hubo acompañamiento de mi familia... las galletitas de nuez de mi madre, sus budines de manzana, y las uvas de los buenos augurios - dijo - que puso en mis manos para que las comparta... mis tíos, llenando de amor cada encuentro con sus incansables atenciones, con la generosidad de abrir, para mí y mis invitados, convocados, convidados, para los aventureros de esta cuarentena, las puertas de su casa, y dejarnos disponer de los espacios, dejarnos llegar a ese fondo jardín que conforma una parte de esta historia... ponernos el agua, el mate, la yerba, y la cantidad justa de dulzura, que experimentarán aún los que tomen amargo...
Hubo fotos y más fotos... hubo abrazos... pequeñas fiestas...
Hubo una vecina espiando, un gato que se dormía al arrullo de las palabras, hubo unas flores y una noche con luna, que nos alcanzo leyendo...
Hubo y hay sentido de grupo y pertenencia...
Hubo un recorrido sumamente interesante por describir, pero eso lo dejo para más adelante... por hoy paro aquí, con esta sensación que me dejan estos 27 lectores, una satisfacción muy grande, la de saberme creadora de este proyecto, pero también compañera de cada acontecer lector...
Hay, en la parte que me toca, mucho, pero mucho agradecimiento.-
Ivanna.-

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